Son un acercamiento respetuoso, no patologizante y no culpabilizador, para el trabajo con personas. Separa a las personas del problema. Busca habilitarlas para que reconozcan sus habilidades, recursos y valores que las mueven en la vida, a fin de ampliar y enriquecer la mirada que tienen de su propia historia y así conectar con el sentido de «agencia personal», que permite hacer frente a las problemas con las que se relacionan y definir con libertad el sentido que quieren darle a su vida. Desde ellas consideramos el contexto, las relaciones de poder, género, etnia, clase, preferencia sexual y capacidades que no concuerdan con las exigencias de la cultura dominante.